Cuando una piedra u otro objeto impacta un parabrisas y lo quiebra, se origina un “ojo” y/o fisura que se llena inmediatamente de aire. Algunas veces esta quebradura puede estar acompañada de vidrio triturado, el cual junto con el aire causan distorsión y se vuelve visible al ojo humano. A menos de que se repare rápidamente, el pequeño impacto se abrirá y extenderá a tal punto que la única opción será el reemplazo.
La reparación busca cumplir con los siguientes objetivos:
- Devolver al parabrisas la resistencia e integridad estructural original.
- Detener el avance del daño en forma definitiva.
- Mejorar la claridad óptica en la zona del impacto hasta un 80%, eliminando el molesto reflejo ocasionado por el sol y las luces nocturnas.
- El ahorro de dinero, al ser más económica que un reemplazo.
- Se conserva la originalidad del sello y hermeticidad de fábrica del automóvil, evitando filtraciones de agua, aire y tierra, así como el riesgo de desprendimiento del parabrisas en un accidente debido a una mala instalación.
- La reparación no requiere de cuidados posteriores.
- Evita la filtración de humedad a la película plástica (PVB) interna previniendo la delaminación de las dos hojas de vidrio.
- Restaura la superficie del vidrio mejorando el desempeño de los limpiaparabrisas.
- Apoya a la ecología ya que un parabrisas no es un producto reciclable (película plástica de PVB) evitando su confinamiento y contaminación.
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